Entrepreneurship as a duty
April 12, 2022Autoestima de la mujer emprendedora
May 19, 2022Ser mamá y ser emprendedora es tener trabajos de tiempo completo con doble turno. No termina, no paras ni un segundo. Tus hijos se vuelven inspiración, pero posiblemente casi no puedes pasar tiempo con ellos cómo te gustaría. Estás dando tu todo, tal vez sin que ellos sepan.
Empiezas tu día con un café que se enfría, un bocado de sobras del plato de tu hijo y de ahí a dejar niños a la escuela y a trabajar. Hasta que debes volver a casa a preparar la comida. Piensas en tus hijos en lo que les gusta, en lo que es sano para su desarrollo y crecimiento o tal vez sólo da tiempo para pasar a comprar algo rápido. Ellos son tu motivación, una fuente inagotable de poder.
Corres de un lado a otro con el sentimiento común de estar haciendo todo a medias. Es duro, muy duro. Más de lo que en algún momento imaginaste. Tal vez antes de todo esto que se ha convertido en tu vida, llevabas una nutrición más equilibrada, tenías tiempo de preparar con calma cosas que te gustaban a ti; tal vez tus horas en el gym han pasado a ser unos minutos ocasionales, cuando no te sientes exhausta y cuando alguien más puede cuidar a tus hijos; tal vez no has podido dormir como antes; tal vez sientes que el cuerpo que tienes no es tuyo.
Seguramente te llegas a cuestionar si lo que estás haciendo en tu maternidad y en tu vida profesional valen la pena. Te sacudes las ideas de dejarlo todo, de conseguir un trabajo “normal” y vuelves a empezar al día siguiente, convencida de que lo vas a lograr. Lo estás logrando. Dejaste tu confort, tu individualidad para convertirte en madre y en tu profesión.
La realidad es que no es necesario dejar a un lado tu confort y tu individualidad. Simplemente te has transformado. Sí, idealmente los días deberían de durar más de 24 horas pero no podemos cambiar eso. Lo que sí podemos ir cambiando es la forma en la que te percibes a ti misma. Y tú, también eres prioridad. Tú no deberías ser el sacrificio. Sin ti, no hay madre, sin ti no hay emprendedora. Y para que tú puedas SER, necesitas estar bien contigo misma.
Cuando estás bien contigo misma, puedes dar mucho más de ti, eres más productiva y más creativa, todo se traduce en menos estrés, menos enfermedad y mucho bienestar. ¿Pero cómo lograrlo cuando el día no dura más? Trátate a ti misma como si fueras tu propia hija.
No salgas de casa sin desayunar, lo mismo que le preparas a ellos cómelo tu. Mereces más que un café frío y recortes de orillas de pan. Si por tiempos no puedes darte 10 minutos para desayunar con tus hijos, prepara una malteada de proteína rápida y llévala contigo. Es decir, es un caso de emergencia, para usarse de vez en cuando.
Ocupa tus fines de semana o tu día de descanso para preparar tus comidas de la semana. ¿Qué no tienes día de descanso? Dátelo porque sino vas a terminar frustrada, agotada y tal vez hasta resentida. Si no puede ser un día completo al menos medio día… El día de descanso es un día para ti, para tu autocuidado. Y por autocuidado no me refiero a gastar en ti, salir a comer o irte de spa o a ponerte uñas. Ese día es para preparar con calma tus comidas de la semana, para ir a hacer ejercicio al aire libre y disfrutar a tus hijos. Un sólo día de descanso puede reducir tus niveles de estrés y cansancio de forma indescriptible. Además preparar tus comidas no debe de ser considerado un “trabajo”, sino parte básica de tu cuidado de tu salud.
Piensa en menús fáciles de preparar y que además resulten rendidores para tu semana, por ejemplo sopas, estofados y alimentos horneados. Ya que son fáciles de congelar y tener lista comida para toda la semana. Procura incorporar en tu día a día variedad de alimentos, sobre todo verduras y frutas. Intenta comprar alimentos de temporada ya que esto reducirá costos pero además incrementará la calidad del producto y sus nutrientes. Una slow cooker o una air-frier pueden ser aliadas para optimizar tiempos de preparación.
Sin importar qué tan ocupado está tu día, bebe agua simple. Más que café. Que una de tus metas del día sea que el color de tu orina sea prácticamente transparente o un amarillo muy clarito. No esperes a tener sed para tomar agua, o beber un litro de una sola vez. La sed ya es un síntoma de deshidratación. Lleva una botella de agua contigo a todas partes y busca que al terminar tu día ya esté vacía. Somos un alto porcentaje de agua y prácticamente todas nuestras vías metabólicas requieren de agua, desde pensar, hasta contracciones musculares, digestión y absorción de nutrientes lo necesitan. Si no estás bien hidratada tu cuerpo lo va a resentir y es posible que tengas síntomas que hagas de menos como dolores de cabeza y cansancio, que pueden solucionarse simplemente manteniéndote bien hidratada.
Siempre ten en la bolsa colaciones que puedas comer fácilmente cuando no tuviste tiempo de comer con calma. Es mejor comer algo pequeño y no sentir que mueres de hambre para cuando llegas a casa. Así cuando llegas a las podrás prepararte algo con calma en lugar de devorar lo primero que se te cruce cuando mueras de hambre. Puedes optar por semillas, fruta en pieza como manzanas, plátanos, peras, uvas, naranjas, frutos secos como dátiles, arándanos, ciruelas pasas, orejones de manzana deshidratada, paquetitos de crema de cacahuate, quesos miniatura, yogurt griego…Cuando no tienes tiempo para una comida regular, en calma. Es mejor comer snacks que no comer nada.
Cuando salgas a comer, o elijas pedir comida o comprar, busca equilibrio: intenta que siempre haya algo de verduras, proteína y carbohidratos. Evita comer a las prisas y trata de percibir tu nivel de saciedad. Para de comer cuando te sientas cómoda, en lugar de quedarte con hambre o sentirte demasiado llena. Combinar es clave para saciedad, sabor y placer.
Finalmente es importante mantenernos realistas, habrá muchos momentos en donde no puedas hacer todo lo que te gustaría en cuestión de autocuidado, pero hacer lo que puedes siempre, es suficiente. Procura tenerte paciencia y mucho amor, tanto como le tienes a tus hijos, verás que todo valdrá la pena.
Escrito por: Sayuri Imuro
Nutrióloga, Tutora y Voluntaria de Women Palante
Experta en Desequilibrios hormonales, fertilidad y embarazos
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